Mi primer impulso es lanzarme a la huida, aunque
inmediatamente lo desecho pues el espacio que nos separa del borde del bosque
es amplio al igual que la magnitud del aerodeslizador encargado de apresarnos.
Este intento simplemente empeoraría nuestras condiciones y el trato que
recibiremos abordo.
Es por eso por lo que permanezco paralizada,
buscando con desesperación la mirada de Peeta bajo la potente luz blanca que
nos enfoca, descarada. Me sorprende no hallar miedo en sus ojos, sino que por
lo contrario, sus claras pupilas reflejan resignación e incluso agotamiento….
Entonces lo comprendo, no tenemos posibilidad
alguna, de hecho no creo que nunca la tuviéramos, simplemente actuamos como
marionetas cuyos hilos se enredaban en diferentes dedos… Siempre hemos
trabajado para el cumplimiento de un objetivo, por un cometido que no nació de
nuestras mentes sino que nos mandaron desempeñar, una rebelión que nunca
respalde pero que tuve que afrontar por Peeta, por protegerlo…. Siempre he
funcionado bajo chantaje… Prim… Peeta….
En estos momentos somos débiles y estamos
indefensos….pero lo más inquietante es que ahora volvemos a tener un motivo por
el que luchar, una causa que el Capitolio conoce y no me queda duda empleara
para manejarnos como armas en sus manos. Una causa por la que ambos cederíamos
nuestros principios y abandonaríamos nuestra moral, por la que estaríamos
dispuestos a matar bajo el nombre del gobierno….
Nuestros hijos….
Un horrible presentimiento acecha mi mente, en ese
caso, ¿Por qué organizar unos juegos?.... ¿para qué lanzarnos a la lucha si por
lo contrario podrían utilizarnos a su antojo? A no ser que.... quizás no
fuésemos nosotros quienes saltásemos a la arena….
La escalera plegable se desenrolla en el encapotado
cielo conforme desciende, cortando el aire con un silbido. Gale y yo
retrocedemos en un acto involuntario justo cuando las cuerdas golpean la piedra
del suelo. Vuelvo mi rostro hacia Peeta quien ha arrojado el saco a la hierba y
se dispone a aferrar la escalerilla. Creo que él lo entendió mucho antes, que
comprendió el motivo de porque no nos asesinaron silenciosamente una vez el
Capitolio tomo la sede… , y que por lo
contrario, esperaron. Esperaron pacientes a que tuviésemos un motivo por el que
luchar… y ahora que lo tenemos somos esclavos del gobierno para siempre….
Me siento estúpida, como una niña pequeña al borde
de una rabieta. Intento reprimir las lágrimas de rabia que amenazan con desbordar
mis ojos. De nuevo el Capitolio me asombra con su infinita inteligencia y
frialdad sobrehumana.
Agarro a Gale por la cintura y le ayudo a encaramarse
a la escalerilla, seguidamente agarro el extremo del último peldaño de cuerda y
una suave corriente eléctrica paraliza mi cuerpo, ahora estoy a merced de los
soldados.
Lentamente la escalera asciende y la Tierra Muerta
queda lejos de nuestro alcance. Las zarpas metálicas que sellan la entrada
inferior se despliega y la oscura boca del aerodeslizador nos engulle.
En el interior del avión se desarrolla una ajetreada
escena. La electricidad que inmovilizaba nuestros miembros ha sido cortada e
inmediatamente después una patrulla de agentes de la paz nos conducen violentamente
hacia lo que parece un apartado reservado exclusivamente para nuestro
transporte. El interior de la amplia sala esta acolchado y la pared central
ocupada por una extensa pantalla apagada. Adosados a la pared lateral se
encuentran unos mullidos asientos que invitan al descanso y en el otro extremo
una mesa de caoba desnuda.
Prim corre desolada hacia los ventanales que se
recortan sobre la pared, apretando su mano contra los cristales.
-¿Qué está pasando? ¿A dónde nos llevan?- la pequeña
gira el rostro y sus profundos ojos azules me atraviesan como una
flecha…Demasiadas preguntas que esperan sedientas una respuestas, y demasiada
confusión y dolor por mi parte para satisfacerlas.
-Vamos a Capitolio- la voz de Peeta surge de nuevo
para salvarme. Peeta, el por siempre mago de las palabras- es una ciudad muy
bonita ya verás- sonríe alentador.
-¿pero volveremos a casa no?- Gale está conteniendo
forzosamente una llantina y sus palabras titubean en sus temblorosos labios
-Por supuesto que
sí- afirma Peeta- esto será solo una visita.
Los pequeños asiente esperanzados y el silencio se
apodera con lentitud de la estancia.
El estrepitoso sonido de la puerta de metal quiebra
la quietud de la sala y seguidamente un escuálido muchacho de piel cetrina y
ojos absortos irrumpe en el aposento empujando un carrito. Sobre la pulida
superficie de latón, lucen, suculentos, un sinfín de deliciosos manjares
cuidadosamente preparados sobre una vajilla de porcelana. Observo con recelo
como el criado coloca los platos de terracota y las copas de cristal sobre el mantel que ha extendido en la mesa.
Una vez finaliza su cometido aprieta el mango del carrito entre sus delgados
dedos y se dispone a abandonar la sala.
-Gracias
Gale, inocente e infantil, sonríe al joven quien,
inevitablemente curva sus labios en una enfermiza sonrisa y sus ojos pagados
proyectan un atisbo de tristeza. Después de un leve asentimiento desaparece
tras la gruesa puerta del compartimento empujando el carrito vacio. El criado
era un avox…
Los pequeños se apresuran en tomar asiento, uno
frente a otro, y atrapan, entre sus temblorosos dedos las cucharas de plata.
Inclinados sobre sus respectivos pucheros engullen el estofado ferozmente.
Con lentitud ocupo
uno de los lujosos asientos que abrazan la mesa y me abandono a una silenciosa
cena, apenas interrumpida por los efímeros comentarios de Peeta que se tornan
lejanos en mi cabeza, completamente bloqueada. Poco a poco la cubertería
comienza a arañar el fondo de los platos y las bandejas quedan desnudas bajo la
pálida luz de las velas, que se consumen en un charco de cera. Abandonamos las
sillas con pesar dando así por
finalizada la inquietante velada.
Conduzco a Gale y Prim hacia uno de los sofás,
enfundado en terciopelo oscuro y de un aspecto confortable, y les indico con
una mueca que tomen asiento. Seguidamente aferro las cremalleras de sus
chaquetas y las corro hasta el extremo del cuello con el propósito de
abrigarlos frente a la fría noche que se avecina más allá de los cristales.
Tras un insípido beso en sus frentes abandono cualquier intento tranquilizador
y me retiro, silenciosamente hacia un rincón de la sala, para derrumbarme sobre
los mullidos cojines de un amplio sillón. Escondo, avergonzada el rostro entre las rodillas, y
me ovillo en un extremo del asiento. Avergonzada por abandonar a mis hijos de
este modo, por desentenderme durante esos momentos en los que debí hacer
presente mi maternidad para calmarles, para besarles y decirles que todo irá
bien….por haberme marchado y cargar de responsabilidad a Peeta, otra vez….
Unos cálidos brazos me envuelven, consoladores,
estrechando mis hombros entre sus manos…
-Eres mi ángel-murmuro, ahogando mi voz en un
trémulo sollozo, que tímidamente escapa de mis labios. Y es verdad, lo es… De
hecho, siempre lo ha sido…
- Y tu mi
vida. Creo que estamos en paz- susurra con dulzura en mi oído, mientras besa cuidadosamente
mi oscura cabellera, que se derrama destrenzada sobre los hombros. Me refugio
en sus brazos ocultando mi rostro en su pecho
y aferrando, temblorosamente, la chaqueta de lana que cubre su piel. Me
abandono a un silencioso llanto y a la amargura que el alma encona incesante.
- No es culpa tuya- sus palabras tintinean,
martirizando mi mente, pues por desgracia, sé con certeza que toda la
responsabilidad de aquello a lo que estaremos sometidos en un futuro recae directamente
sobre mis hombros.
Me acurruco a su lado y permito que sus suaves manos
acaricien con ternura mi rostro, apoyado sobre su pecho….
Lentamente la realidad se difumina y toda silueta pierde su nitidez en mis
lánguidas pupilas. La última imagen que retienen mis ojos, cansados, antes de
marcharse al recóndito mundo de los sueños es la de dos niños acurrucados en un
frío sillón con los dedos entrelazados sobre sus abultados chaquetones y una
brillante lágrima de miedo deslizándose con timidez por sus mejillas…
-No te preocupes, todo irá bien…
Y mecida por la suavidad de su voz me alejo hacia el
oscuro limbo de mis pensamientos…
Me encanta!!! y es lo k os merecéis el blog es genial!! SEGUID ASII!!!
ResponderEliminarOjosdeVilliers (Judit)
:D
judith!! :)) muchas gracias :D que sepas que me voy a leer los libros nada más que tu blog :D jajaja tu también sigue así que lo vamos a hacer famoso :)
EliminarPuff, está genial enserio. Quiero el proximoo!
ResponderEliminarjaja muchas gracias Tania :) mañana estará el siguiente y tu también sigue así con tu blog que vas genial :) besos
EliminarI love it!!! :D
ResponderEliminarBua *-* Me gusta mucho pero siempre acabo emocionándome, pobrecillos :( jaaja sigue prontito! Un beso ^^
ResponderEliminarYa he terminado de leerlo todos!! Y me encanta!!
ResponderEliminarPobres... el capitolio no les deja nunca en paz... jo tengo ganas de llorar snif snif
Necesito leer el siguiente yaa! Un besoo!
muchisimas gracias a todos por vuestros comentarios me hace mucha ilusion que os este gustando y me anima a seguir escribiendo. Un besazo a todos y os agradezco la participación. Natalia :)
ResponderEliminarNatalia gracias a ti ;) Escribes de maravilla ^^ Un beso
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