miércoles, 8 de agosto de 2012

Capitulo 3

Aquí tenéis el capitulo 3. ¿No os he hecho esperar mucho eh? :) Nos alegra mucho que os esté gustando la historia y espero que así sea... Bueno no me enrollo más ¡qué disfrutéis!



Me ahogo. No queda ni una sola gota de aire en mis pulmones, mientras el eco de aquel nombre resuena en mi cabeza, abrasador. Cierro los ojos apretando los parpados hasta que el pinchonazo en la sien es insoportable. Cuando los vuelvo a abrir Peeta ha abandonado su sitio y esta arrodillado a mi lado, mientras me observa realmente asustado. Me rodea con sus brazos envolviéndome en la calidez de su cuerpo, pero ni eso consigue aplacar  la enorme confusión e incertidumbre que ha creado en mi ese nombre… Paylor, la presidenta Paylor. No puede ser.
-Pero…pero entonces-apenas puedo balbucear breves palabras sin sentir de nuevo que me falta el aire- el Capitolio…
- El Capitolio no ha muerto Katniss- finaliza, corroborando mis peores temores- nunca murió-apenas puede acabar la frase  y me aprieta fuertemente entre sus brazos obligándome a apoyar mi cabeza en su hombro.
De repente todo se vuelve negro y comienzo  caer en una profunda espiral de preguntas sin respuesta que se amontonan golpeando mis labios para salir, pero no hallan voz que pueda darles vida. Siento como lentamente se humedece mi hombro, pero a mí no me queda ni una sola lágrima que llorar. Todo se ha secado en mi cuerpo.
Lentamente me obligo a apartarme de Peeta, tiene los ojos hinchados y el rostro pálido y demacrado. Reúno las fuerzas suficientes para afrontar la pregunta que asalta nuestras mentes:
-Y ahora ¿qué vamos a hacer?
Fijo mis ojos en los suyos, encostrados en lágrimas, y veo como se esfuerza realmente por recuperar la compostura
-Aun no podemos hacer nada porque nada es seguro, solo nos queda esperar.
-¡¡Esperar!! ¿¿Esperar a qué?? ¡¡¿ A que nos maten?!!, ¡¡Soy el sinsajo, seremos el primer blanco del Capitolio!!-ni siquiera  creo haber sido yo quien ha pronunciado esas palabras infectadas de veneno. Intento controlar mis impulsos y alcanzar la tranquilidad y control suficiente para razonar que va a ocurrir a partir de ahora.
-Nada es seguro por ahora Katniss- intenta tranquilizarme Peeta sin demasiado éxito-deja que Haymitch haga su trabajo, me prometió mantenernos informados. Mientras no sepamos con seguridad la cantidad de traidores infiltrados en el gobierno no podemos planear nada. Necesitamos saber a lo que nos enfrentamos.
Sus palabras parecen razonables, quizás solo sean un par los infiltrados que sobrevivieron tras la devastadora guerra civil, quizás solo sean Paylor y unos pocos más. En ese caso se controlarían fácilmente, se juzgarían en un acto público y a continuación serían ejecutados en el mismo. Se sustituirían los puestos vacantes en el sistema de gobierno, y tras unas elecciones, la voz del pueblo elegiría democráticamente el nuevo o la nueva presidenta de Panem.
Pero si no es así…si la mayor parte del cuerpo político esta cimentada sobre traidores….Decido apartar inmediatamente aquel horrible pensamiento de la cabeza y me baso en la esperanza de que la mayor parte de los infiltrados hayan muerto durante la atroz guerra.
Peeta tiene razón, solo nos queda esperar. Y eso hicimos esperamos, y esperamos, una semana, dos… Los días se deslizan lentamente por la ventana y el enclaustro en el que vivimos se hace aun más insoportable conforme la primavera tiñe de color el jardín ,del que brota vida, y el sol reluce en el cielo tentador  y deseable.
Tras la primera llamada de Haymitch acordamos un encierro temporal en casa hasta que nuestro contacto nos aportara nuevos datos sobre la última noticia. Únicamente salimos de casa para tomar aire fresco bajo el porche, o para acudir a la plazoleta principal y recoger la caja de víveres que cada semana los aerodeslizadores depositaban  en el distrito por orden expresa del gobierno.
Ya está bien entrada la primavera y no hemos  vuelto a recibir señal alguna de Haymitch.  Poco a poco la esperanza de que esa llamada se realice en un futuro me parece lejana e incluso imposible, y lentamente me sumo en la desesperación y la angustia de aquel que teme lo que el mañana le deparara a su familia…
Esta mañana un esplendido sol primaveral ha amanecido coronando el cielo, el dulce aroma de las flores del patio impregna un ambiente exquisito. Me siento en la fría silla de madera y coloco los codos sobre la mesa bañada por la dorada luz del día. Me dedico a jugar nerviosamente con la taza de porcelana del café mientras aguardo, como todos los días, ese anhelado timbre del teléfono que rasgue el tenso silencio en el que está sumida la casa. Gale y Prim aun no han despertado, lo que no es muy común en ellos, pero prefiero que continúen durmiendo pues despiertos no hacen mucho más; hace días que mis hijos se han convertido en almas en pena que vagan de un extremo a otro de la casa, y que pasan las horas sentados en el rebate del porche reprimiendo los deseos de correr hacia la pradera, que en estas fechas deberá de estar cuajada de capullos frescos, colores y aromas variados…Se me están acabando las escusas para justificar este largo encierro que parece no llegar a su fin..
Sacudo la cabeza bruscamente intentado despejar las ideas que se agolpan en una mente saturada y supuestamente “inestable”. Me rebullo en la incómoda silla y sorbo un par de tragos de café amargo, que descienden quemándome la garganta. El sonido de su voz me sobresalta, irrumpiendo en la quietud de la cocina:
-Buenos días-Peeta está apoyado en el marco de madera de la puerta, su rostro ha desmejorado mucho con el paso de estas últimas semanas. Su tez ha empalidecido y sus grandes ojos azules, de los que han arrancado todo su brillo, están enmarcados en unas profundas ojeras púrpuras que demacran su aspecto. Mi marido intenta curvar los labios en un intento de sonreír pero el resultado es una extraña mueca.
-Buenos días-dejo escapar en un suspiro que queda flotando en el aire y vuelvo a dirigir mi atención hacia la humeante taza de café.
-Tenemos que hablar-aquella última me sorprende, creía que todo había quedado muy claro aquel día, solo podemos esperar.
Alzo el rostro, y  sostengo su esquiva mirada por unos instantes, los suficientes como para atisbar el reflejo de miedo en ella. Asiento lentamente con la cabeza y aguardo a que tome asiento frente mí. Ambos guardamos silencio durante unos instantes y seguidamente le ofrezco la taza caliente
-Te ayudara a despejarte
Peeta toma la taza entre sus manos y sorbe repetidamente el oscuro café antes de comenzar a hablar
-No podemos continuar ignorando lo que ocurre, o lo que posiblemente haya ocurrido ya, ambos hemos barajado la posibilidad de que Haymitch esté muerto…
Es cierto, la ausencia de noticias y llamadas también me han incitado a pensar que Haymitch ha sido ajusticiado por el gobierno tras descubrir la investigación que estaba realizando, pero cuando esa idea acude a mi mente suelo desecharla con rapidez  pues sabía que la muerte de Haymitch sería otro doloroso golpe a este corazón amoratado que amenaza con dejar de latir.
Asiento lentamente con la cabeza mientras le arrebato el tazón de café de las manos y tomo un largo trago.
-Si eso fuese verdad, quedarnos aquí esperando esa llamada sería una increíble irresponsabilidad por nuestra parte, y un error que determinara nuestro destino
Le observo atentamente, estudiando su expresión. Tras sus palabras la confusión e incertidumbre se apoderan de mí
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que lo más sensato por nuestra parte, teniendo en cuenta esta situación de completa desinformación sería… sería escapar al bosque- finalmente logra acabar la frase con esfuerzo y deja las palabras suspendidas en la quietud del ambiente. Me concede unos minutos para que asimile la noticia y espera, expectante, un respuesta que no surge de mis labios. Mi rostro, no se torna en ninguna mueca, y aunque mi interior sea un torbellino de preguntas y dudas, mi expresión conserva la tranquilidad y atención de quien escucha. Peeta carraspea un par de veces, dispuesto a continuar con la explicación
-Si continuamos aquí seremos el blanco perfecto del gobierno, todo el mundo conoce el paradero del Sinsajo,  sin embargo, la espesura del bosque nos daría una oportunidad para vivir en el hipotético caso de que Paylor  mandara una patrulla de soldados en nuestra búsqueda.-finaliza Peeta, con voz seca.
Analizo con detalle sus palabras, y valoro seriamente su proposición. Escapar al bosque siempre fue una alternativa  que solía rondar mi mente cuando una amenaza del gobierno se cernía sobre mi familia.  La vegetación nos proporcionaría  protección y comida. Una pequeña cabaña en el corazón de un impenetrable bosque era un paradero poco usual y nos ofrecería una oportunidad real de sobrevivir. Por otro lado, yo nunca deseche vivir una vida entre árboles y pese a hacerlo como fugitivos también comparto la idea de que es la mejor opción en estos momentos …Por un momento intento proyectar en mi mente un día normal en nuestra futura vida entre árboles.
Lógicamente yo sería la encargada de llevar cada día carne a casa, lo que significa que mi principal obligación será cazar de manera furtiva para alimentar cuatro bocas demasiado acostumbradas a abundante comida. Recolectar raíces, frutos, y encontrar fuentes de agua potable sería otra actividad a la que dedicar buena parte del día. Lo que me lleva a confirmar que sería Peeta quien cuidara de los pequeños y mantuviera la cabaña limpia y saludable. A veces podríamos turnarnos en lo que respecta a la recolección de frutos para permitirme pasar algo de tiempo con Gale y Prim. Muy pronto, cuando alcanzaran la edad suficiente para tensar firme un arco, podrían ayudarme en mi tarea de caza...
Una vida escondidos en el bosque  no parecía el mejor proyecto de futuro pero en esta situación parecía la opción más sensata.
-          En ese caso, no hay tiempo que perder- noto que mis palabras provocan un fuerte alivio en mi marido, cuyas facciones se relajan, y su rostro se torna algo más tranquilo y sosegado.
Peeta se incorpora de la silla con un enérgico movimiento y se dispone a salir de la cocina cuando de repente ocurre. El agudo pitido del teléfono desgarra el silencio, e inmediatamente siento como el pulso se me acelera y por unos momentos creo que mi corazón va a abandonar su lugar en el pecho.

5 comentarios:

  1. A lo mejor no serían muy felices Gale y Prim en el bosque, pero es una opción muy buena.¿Y será Haymitch el que llama? El don de la oportunidad no le falta jaja Me ha encantado todo ^^ Hasta la próxima :)

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  2. Que sea Haymitch, porfavor por favor por favoooooooor!! Ojala no este muerto... me cae muy bien
    Es una buena idea irse a vivr al bosque... me gusta;) El capítulo GENIAL
    Un besoo!

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  3. muchas gracias¡ espero no defraudaros en los siguientesss :)

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  4. Me encantaaa!!!!!!!!!! Escribes genial sigue asi =)

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