Me
ahogo. No queda ni una sola gota de aire en mis pulmones, mientras el eco de
aquel nombre resuena en mi cabeza, abrasador. Cierro los ojos apretando los
parpados hasta que el pinchonazo en la sien es insoportable. Cuando los vuelvo
a abrir Peeta ha abandonado su sitio y esta arrodillado a mi lado, mientras me
observa realmente asustado. Me rodea con sus brazos envolviéndome en la calidez
de su cuerpo, pero ni eso consigue aplacar
la enorme confusión e incertidumbre que ha creado en mi ese nombre…
Paylor, la presidenta Paylor. No puede ser.
-Pero…pero
entonces-apenas puedo balbucear breves palabras sin sentir de nuevo que me falta
el aire- el Capitolio…
-
El Capitolio no ha muerto Katniss- finaliza, corroborando mis peores temores-
nunca murió-apenas puede acabar la frase
y me aprieta fuertemente entre sus brazos obligándome a apoyar mi cabeza
en su hombro.
De
repente todo se vuelve negro y comienzo
caer en una profunda espiral de preguntas sin respuesta que se amontonan
golpeando mis labios para salir, pero no hallan voz que pueda darles vida. Siento
como lentamente se humedece mi hombro, pero a mí no me queda ni una sola lágrima
que llorar. Todo se ha secado en mi cuerpo.
Lentamente
me obligo a apartarme de Peeta, tiene los ojos hinchados y el rostro pálido y
demacrado. Reúno las fuerzas suficientes para afrontar la pregunta que asalta
nuestras mentes:
-Y
ahora ¿qué vamos a hacer?
Fijo
mis ojos en los suyos, encostrados en lágrimas, y veo como se esfuerza
realmente por recuperar la compostura
-Aun
no podemos hacer nada porque nada es seguro, solo nos queda esperar.
-¡¡Esperar!!
¿¿Esperar a qué?? ¡¡¿ A que nos maten?!!, ¡¡Soy el sinsajo, seremos el primer
blanco del Capitolio!!-ni siquiera creo
haber sido yo quien ha pronunciado esas palabras infectadas de veneno. Intento
controlar mis impulsos y alcanzar la tranquilidad y control suficiente para
razonar que va a ocurrir a partir de ahora.
-Nada
es seguro por ahora Katniss- intenta tranquilizarme Peeta sin demasiado
éxito-deja que Haymitch haga su trabajo, me prometió mantenernos informados.
Mientras no sepamos con seguridad la cantidad de traidores infiltrados en el
gobierno no podemos planear nada. Necesitamos saber a lo que nos enfrentamos.
Sus
palabras parecen razonables, quizás solo sean un par los infiltrados que
sobrevivieron tras la devastadora guerra civil, quizás solo sean Paylor y unos
pocos más. En ese caso se controlarían fácilmente, se juzgarían en un acto
público y a continuación serían ejecutados en el mismo. Se sustituirían los
puestos vacantes en el sistema de gobierno, y tras unas elecciones, la voz del
pueblo elegiría democráticamente el nuevo o la nueva presidenta de Panem.
Pero
si no es así…si la mayor parte del cuerpo político esta cimentada sobre
traidores….Decido apartar inmediatamente aquel horrible pensamiento de la
cabeza y me baso en la esperanza de que la mayor parte de los infiltrados hayan
muerto durante la atroz guerra.
Peeta
tiene razón, solo nos queda esperar. Y eso hicimos esperamos, y esperamos, una
semana, dos… Los días se deslizan lentamente por la ventana y el enclaustro en
el que vivimos se hace aun más insoportable conforme la primavera tiñe de color
el jardín ,del que brota vida, y el sol reluce en el cielo tentador y deseable.
Tras
la primera llamada de Haymitch acordamos un encierro temporal en casa hasta que
nuestro contacto nos aportara nuevos datos sobre la última noticia. Únicamente
salimos de casa para tomar aire fresco bajo el porche, o para acudir a la
plazoleta principal y recoger la caja de víveres que cada semana los
aerodeslizadores depositaban en el
distrito por orden expresa del gobierno.
Ya
está bien entrada la primavera y no hemos
vuelto a recibir señal alguna de Haymitch. Poco a poco la esperanza de que esa llamada
se realice en un futuro me parece lejana e incluso imposible, y lentamente me
sumo en la desesperación y la angustia de aquel que teme lo que el mañana le
deparara a su familia…
Esta
mañana un esplendido sol primaveral ha amanecido coronando el cielo, el dulce
aroma de las flores del patio impregna un ambiente exquisito. Me siento en la
fría silla de madera y coloco los codos sobre la mesa bañada por la dorada luz
del día. Me dedico a jugar nerviosamente con la taza de porcelana del café mientras
aguardo, como todos los días, ese anhelado timbre del teléfono que rasgue el
tenso silencio en el que está sumida la casa. Gale y Prim aun no han
despertado, lo que no es muy común en ellos, pero prefiero que continúen
durmiendo pues despiertos no hacen mucho más; hace días que mis hijos se han
convertido en almas en pena que vagan de un extremo a otro de la casa, y que pasan
las horas sentados en el rebate del porche reprimiendo los deseos de correr
hacia la pradera, que en estas fechas deberá de estar cuajada de capullos
frescos, colores y aromas variados…Se me están acabando las escusas para
justificar este largo encierro que parece no llegar a su fin..
Sacudo
la cabeza bruscamente intentado despejar las ideas que se agolpan en una mente
saturada y supuestamente “inestable”. Me rebullo en la incómoda silla y sorbo
un par de tragos de café amargo, que descienden quemándome la garganta. El
sonido de su voz me sobresalta, irrumpiendo en la quietud de la cocina:
-Buenos
días-Peeta está apoyado en el marco de madera de la puerta, su rostro ha
desmejorado mucho con el paso de estas últimas semanas. Su tez ha empalidecido
y sus grandes ojos azules, de los que han arrancado todo su brillo, están
enmarcados en unas profundas ojeras púrpuras que demacran su aspecto. Mi marido
intenta curvar los labios en un intento de sonreír pero el resultado es una
extraña mueca.
-Buenos
días-dejo escapar en un suspiro que queda flotando en el aire y vuelvo a
dirigir mi atención hacia la humeante taza de café.
-Tenemos
que hablar-aquella última me sorprende, creía que todo había quedado muy claro
aquel día, solo podemos esperar.
Alzo
el rostro, y sostengo su esquiva mirada
por unos instantes, los suficientes como para atisbar el reflejo de miedo en
ella. Asiento lentamente con la cabeza y aguardo a que tome asiento frente mí.
Ambos guardamos silencio durante unos instantes y seguidamente le ofrezco la
taza caliente
-Te
ayudara a despejarte
Peeta
toma la taza entre sus manos y sorbe repetidamente el oscuro café antes de
comenzar a hablar
-No
podemos continuar ignorando lo que ocurre, o lo que posiblemente haya ocurrido
ya, ambos hemos barajado la posibilidad de que Haymitch esté muerto…
Es
cierto, la ausencia de noticias y llamadas también me han incitado a pensar que
Haymitch ha sido ajusticiado por el gobierno tras descubrir la investigación
que estaba realizando, pero cuando esa idea acude a mi mente suelo desecharla
con rapidez pues sabía que la muerte de
Haymitch sería otro doloroso golpe a este corazón amoratado que amenaza con
dejar de latir.
Asiento
lentamente con la cabeza mientras le arrebato el tazón de café de las manos y
tomo un largo trago.
-Si
eso fuese verdad, quedarnos aquí esperando esa llamada sería una increíble
irresponsabilidad por nuestra parte, y un error que determinara nuestro destino
Le
observo atentamente, estudiando su expresión. Tras sus palabras la confusión e
incertidumbre se apoderan de mí
-¿Qué
quieres decir con eso?
-Que
lo más sensato por nuestra parte, teniendo en cuenta esta situación de completa
desinformación sería… sería escapar al bosque- finalmente logra acabar la frase
con esfuerzo y deja las palabras suspendidas en la quietud del ambiente. Me
concede unos minutos para que asimile la noticia y espera, expectante, un
respuesta que no surge de mis labios. Mi rostro, no se torna en ninguna mueca,
y aunque mi interior sea un torbellino de preguntas y dudas, mi expresión
conserva la tranquilidad y atención de quien escucha. Peeta carraspea un par de
veces, dispuesto a continuar con la explicación
-Si
continuamos aquí seremos el blanco perfecto del gobierno, todo el mundo conoce
el paradero del Sinsajo, sin embargo, la
espesura del bosque nos daría una oportunidad para vivir en el hipotético caso
de que Paylor mandara una patrulla de
soldados en nuestra búsqueda.-finaliza Peeta, con voz seca.
Analizo
con detalle sus palabras, y valoro seriamente su proposición. Escapar al bosque
siempre fue una alternativa que solía
rondar mi mente cuando una amenaza del gobierno se cernía sobre mi familia. La vegetación nos proporcionaría protección y comida. Una pequeña cabaña en el
corazón de un impenetrable bosque era un paradero poco usual y nos ofrecería
una oportunidad real de sobrevivir. Por otro lado, yo nunca deseche vivir una
vida entre árboles y pese a hacerlo como fugitivos también comparto la idea de
que es la mejor opción en estos momentos …Por un momento intento proyectar en
mi mente un día normal en nuestra futura vida entre árboles.
Lógicamente
yo sería la encargada de llevar cada día carne a casa, lo que significa que mi
principal obligación será cazar de manera furtiva para alimentar cuatro bocas
demasiado acostumbradas a abundante comida. Recolectar raíces, frutos, y encontrar
fuentes de agua potable sería otra actividad a la que dedicar buena parte del
día. Lo que me lleva a confirmar que sería Peeta quien cuidara de los pequeños
y mantuviera la cabaña limpia y saludable. A veces podríamos turnarnos en lo
que respecta a la recolección de frutos para permitirme pasar algo de tiempo
con Gale y Prim. Muy pronto, cuando alcanzaran la edad suficiente para tensar
firme un arco, podrían ayudarme en mi tarea de caza...
Una
vida escondidos en el bosque no parecía
el mejor proyecto de futuro pero en esta situación parecía la opción más
sensata.
-
En ese caso, no hay tiempo que perder-
noto que mis palabras provocan un fuerte alivio en mi marido, cuyas facciones
se relajan, y su rostro se torna algo más tranquilo y sosegado.
Peeta se incorpora de
la silla con un enérgico movimiento y se dispone a salir de la cocina cuando de
repente ocurre. El agudo pitido del teléfono desgarra el silencio, e
inmediatamente siento como el pulso se me acelera y por unos momentos creo que
mi corazón va a abandonar su lugar en el pecho.
A lo mejor no serían muy felices Gale y Prim en el bosque, pero es una opción muy buena.¿Y será Haymitch el que llama? El don de la oportunidad no le falta jaja Me ha encantado todo ^^ Hasta la próxima :)
ResponderEliminarQue sea Haymitch, porfavor por favor por favoooooooor!! Ojala no este muerto... me cae muy bien
ResponderEliminarEs una buena idea irse a vivr al bosque... me gusta;) El capítulo GENIAL
Un besoo!
muchas gracias¡ espero no defraudaros en los siguientesss :)
ResponderEliminarMe encantaaa!!!!!!!!!! Escribes genial sigue asi =)
ResponderEliminarMUCHISIMASS GRACIASSS¡¡ :)
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